A dos años del fallecimiento de nuestra querida vecina María Angélica Mon.
Por Gladis Morgavi.
MARÍA ANGÉLICA
Tu alma fue generosa...
tu mano siempre extendida,
para quien la necesitaba.
Tu sonrisa franca y abierta,
tu mirada a veces pensativa,
o tal vez triste
por no entender ciertas cosas de esta vida.
Tus manos habilidosas
preparaban el plato más exquisito,
y pintaban cuadros muy bellos
que dejaron ver tu magia angelical;
y algo tan misterioso
que había en tu ser,
se reflejó en esas maravillosas
obras de arte; porque no es fácil
expresar “la naturaleza”
y tu lo lograste.
Fuiste madre, esposa y compañera;
siempre servicial con los demás,
aun sin recibir nada a cambio.
Tus nobles sentimientos
aportaron al bien común,
con sacrificio, esfuerzo,
y mucho trabajo por el barrio
por el futuro...
y por sobre todas las cosas,
por ese gran sueño
“la creación de una biblioteca”.
Hoy... hay en cada libro
una lágrima por tu partida,
yo he sido testigo
de tu empeño por restaurar:
libros rotos, despegados,
maltratados o dañados...
Junto a tí tu esposo Daniel;
que con trozos de maderas,
habilidad y mucha voluntad...
realizó los estantes de la biblioteca.
Y tu sueño ya estaba de pie...
y despacito, sin prisa,
con tres o cuatro voluntades,
tu sueño empezaba a volar
con la ilusión de llegar a los niños,
para que sean personas instruidas y de bien.
A veces la vida
nos aburre con tantas noticias,
y perdemos la memoria...
Para mí estarás en el libro
de las personas humildes de corazón,
y grandes por dentro...
Gracias, MARÍA ANGÉLICA MON
por esta iniciativa tan noble.
Gladis Esther MORGAVI.
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